lunes, 15 de abril de 2013

La vitamina A

La vitamina A o bien conocida como retinol, es una vitamina liposoluble, es decir, se disuelve en grasas y para su absorción es imprescindible la presencia de bilis para que la emulsione. Su exceso puede generar toxicidad, por esta razón si se suplementa tiene que estar regulado y controlado por un especialista. 


Podemos obtenerla de forma natural en alimentos de origen animal en la composición química retinol o axeroftol, o de origen vegetal en carotenos y xantófilas, estas últimas son precursoras de la vitamina A y su exceso no genera vitaminosis. 

El 90% de la ingesta se almacena en el hígado, como promedio, una persona sana almacena unos 400mg de vitamina A. La retina es el órgano más rico en esta vitamina. El zinc es necesario para movilizar los depósitos intrahepáticos de vitamina A.

La vitamina A ejerce un papel importante en la visión, un déficit puede generar ceguera crepuscular, es decir, disminuye la agudeza visual al anochecer, sensibilidad extrema a la luz, resecamiento ocular, opacidad de la córnea con presencia de úlceras. La vitamina A asegura el contenido de pigmentos fotosensibles en la retina, protege la conjuntiva ocular y previene el glaucoma.

También desempeña un papel importante en el sistema inmunológico, contribuye en la prevención de enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio creando barreras protectoras contra diferentes microorganimos. Estimula las funciones inmunes, entre ellas la respuesta de los anticuerpos y la actividad de varias células producidas por la médula ósea que intervienen en la defensa del organismo como los fagocitos y los linfocitos, por ello promueve la reparación de los tejidos infectados y aumenta la resistencia a la infección. También ayuda a la cicatrización de las heridas.

La pro-vitamina A de los betacarotenos son importantes neutralizadores de radicales libres y por tanto van actuar como protectores frente a carcinógenos, contaminación, metales tóxicos, aditivos químicos, drogas, fármacos y radiaciones. 


Contribuye en la salud reproductiva tanto del hombre como de la mujer. En el hombre contribuye en la producción de esperma. En la mujer regula el ciclo reproductivo y en el desarrollo normal del feto, debido a su rol en el desarrollo celular en tejidos. Por esto último también es muy utilizada en patologías de la dermis porque junto a la vitamina C intervienen en la síntesis de colágeno manteniendo la piel más elástica y bien hidratada. Actúa protegiendo las mucosas de las vías respiratorias, digestivas y genitourinarias, evitando la sequedad de las mismas. 

Es poco común sufrir una deficiencia de esta vitamina excepto que se sufra de un déficit biliar provocado por  una hepatopatía. En la dieta esta presente en todo tipos de carnes y derivados como la leche y los quesos. En vegetales, frutas y algas ricos en carotenos, son generalmente vegetales de colores rojizos, amarillentos, anaranjados y verdosos. En cereales, legumbres y frutos secos. 

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