miércoles, 6 de abril de 2011

El ejercicio como fármaco en las enfermedades crónicas

La biogénesis mitocondrial es un proceso de estimulación para el aumento de la cantidad de mitocondrias en el músculo, cuantas más mitocondrias haya en la fibra muscular se puede utilizar de mejor manera los sustratos energéticos, haciendo que el músculo sea metabólicamente activo. Este aumento en la cantidad de mitocondrias en el músculo se realiza a través del ejercicio físico. Este entrenamiento ayuda a disminuir el dolor en enfermedades crónicas como artrosis, osteoartritis, diabetes tipo II y fibromialgia.

Fisiología muscular

El músculo cumple con una función motora, la de realizar movimientos, coger objetos, actividades de la vida cotidiana; y por otra parte, una función metabólica. El músculo representa aproximadamente el 44% de la composición total del organismo, por lo que este órgano puede tener repercusiones sistématicas importantes.
La musculatura está conformada por distintos tipo de fibras musculares, y dicha composición también se ha relacionado con la condición física del individuo. Según sus características funcionales se clasifican en :
  • Tipo I: lenta, aeróbica, metabólicamente activa.
  • Tipo II: rápida, aeróbica/glicolítica o fibra intermedia.
  • Tipo IIb: rápida, glicolítica y metabólicamente inactiva.
Se puede decir entonces que las fibras tipo I son de buena calidad y las tipo II de mala calidad. Las personas que hacen deporte y no llevan una vida sedentaria tienen mayor porcentaje de fibras tipo I y menor de tipo II, mientras que las personas obesas, sedentarias o diabéticos tienen mayor porcentaje de fibras tipo II.

Los alimentos que se ingieren en la dieta aportan los combustibles al organismo. La grasa se deposita como tejido adiposo; la glucosa, como glicógeno en hígado y músculo; y las proteínas, como constituyentes musculares. Una persona sana que realiza actividad física y está acondicionada tiene buena musculatura y utiliza bien su sustrato energético. Cuando se posee una buena composición fenotípica muscular, es decir, una proporción de fibras tipo I y II, primero se utiliza el glicógeno, luego las grasas y por último, las proteínas. A medida que el ser humano ha evolucionado en el tiempo, ha pasado de activo a sedentario y añoso, con predominio de las fibras tipo II.
Para revertir este problema se debe dirigir la atención al órgano blanco, que en este caso es, en realidad, la mitocondria muscular: ése es el organelo cuya función se debe mejorar en cada persona. En la medida en que se logre que haya más fibras musculares con mayor cantidad de mitacondrias funcionales, se logrará la trasnformación de fibras de tipo II, carentes de mitocondrias, en fibras de tipo I, ricas en ellas, en un proceso que se conoce como biogénisis mitoncondrial.

El ejercicio como fármaco en las enfermedades crónicas

El ejercicio se debe considerar como un fármaco y como tal, se debe indicar con una cantidad y frecuencia específicas y no puede quedar al arbitrio, se debe uno dirigir a un facultado en el tema que le asesore, el kinesiólogo va llevando el seguimiento y considera una serie de variables del trabajo físico a realizar ajustando las resistencias y los pesos. El ejercicio terapéutico debe tener una posología apropiada a lo que se va a tratar y hay una indicación específica para cada patología; así se logra los máximos beneficios de la actividad física terapéutica: conseguir modificaciones metabólicas en el músculo, transformar el tipo de fibra, lograr la expansión del volumen mitocondrial, mejorar el manejo de la insulina y aumentar el rendimiento físico, además de prevenir las enfermedades crónicas.

En el dolor crónico benigno, no cabe duda de que el ejercicio aporta grandes beneficios; por ejemplo, toda la evidencia respalda los beneficios del ejercicio combinado con la dieta en los pacientes con artrosis, que están extremadamente desacondicionados debido al dolor, pero no hay prescripción del ejercicio como terapia en estos tipos de personas.
También hay un gran beneficio para aquellas personas que padecen de osteoartritis, osteoporosis, fibromialgia. Este tipo de dolencias generan desacondicionamiento físico a causa del dolor, creando un círculo vicioso que tiende a aumentar la dolencia, reducir la capacidad muscular y altera el estado emocional de la persona. Con la actividad física no solo mejora la condición muscular y metabólica, sino que este favorece la liberación de opioides endógenos (endorfinas) que disminuyen el dolor y mejora considerablemente el ánimo de la persona afectada.

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