lunes, 21 de noviembre de 2011

La pera

Esta fruta es originaria de regiones de Europa oriental y de Asia occidental, donde su cultivo se viene realizando desde épocas muy remotas. Los griegos y los romanos conocieron el cultivo del peral y fueron estos últimos los que lo introdujeron en la Cuenca del Ebro. China y España son los principales países productores en la actualidad. Esta fruta pertenece a la familia de las Rosáceas, que incluye más de 2.000 especies de plantas herbáceas, arbustos y árboles distribuidos por regiones templadas de todo el mundo. En función de la variedad, podemos disponer de esta fruta todo el año.

Según la época de maduración las peras pueden ser de verano, otoño o invierno. Las peras de verano son de color verde amarillento y sabor dulce y poco ácido, entre las que se incluye la variedad Williams. Las de otoño son muy aromáticas y de sabor más fino. Las variedades más conocidas son Conferencia y Comice. Las de invierno tienen la piel rugosa, más gruesa y de color oscila amarillo dorado y marrón. Son aromáticas y de sabor ácido y pulpa granulosa, como la variedad de Roma.

Su componente mayoritario es el agua. Destaca su aporte de azúcares, fibra, minerales como el potasio y taninos de acción astringente. Su contenido de vitaminas no es destacable. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

La pera es una de las frutas más sabrosas y suculentas, siempre y cuando se coman en su punto de sazón, por lo que su consumo es adecuado en todas las etapas de la vida. Por su abundancia de potasio, su consumo conviene a quienes toman diuréticos que eliminan potasio, para suplir las pérdidas. Dado su carácter ligeramente astringente es apropiada en caso de diarrea y por su suave efecto diurético, en caso de retención de líquidos. Los taninos tienen propiedades astringentes y antiinfalmatorias; secan y desinflaman la mucosa intestinal (capa que tapiza el interior del conducto digestivo), por lo que el consumo de peras bien maduras resulta eficaz en caso de diarrea y otros trastornos digestivos (estómago delicado, gastritis, úlcera). Además, por su bajo contenido de hidratos de carbono y en sodio y alto en potasio, resultan muy recomendables para quienes sufren de diabetes, hipertensión arterial o afecciones cardiovasculares. Su contenido de potasio, deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.

Al nivel culinario, su delicado sabor permite a este fruto ser un acompañante excelente, tanto de platos salados como dulces. Como por ejemplo en la sopa de pera y puerros o gazpacho de peras o crumble de peras de este próximo viernes. 

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