lunes, 7 de febrero de 2011

¿Por qué amamos?



Me quiere mucho....poquito....o nada....


El amor, como en muchas cuestiones de la vida es muy fácil de razonar cuando está en la distancia, pero cuando nos toca, caemos en un estado químico que nos llenan de anhelos e ilusiones, que nos hacen olvidar de nosotros mismos, en ese mar de emociones es difícil razonar.

Entonces, ¿por qué amamos?
No nos enamoramos de alguien por casualidad, el enamorarse responde a una serie de estructuras mentales donde ubicamos a las personas que nos atraen. Para aprender a amar y dejar de sufrir debemos entender los principios psíquicos y orgánicos de este sentimiento. Generalmente cuando tratamos de entender por que nos enamoramos o porque nos sentimos así, solo logramos unir el corazón con la mente llegando a racionalizar el sentimiento. Las afirmaciones más usuales nos dicen que el amor no se entiende solo se siente, que no se debe analizar, sino, disfrutar, que no existe la lógica en el romanticismo. Más bien se inclina a pensar que el amor es como un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos al amor como en juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos.
Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente.
El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendido y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar.

La química del amor. Nuestras neuronas comienzan a enviar una serie de señales que dan orden a la secreción de sustancias como la:

•Dopamina. Actúa en la fase inicial de atracción inicial por alguien indicándole al cerebro que está cerca la persona deseada; asimismo, incrementa el impulso sexual, estimula la búsqueda del placer, facilita el orgasmo y ocasiona que las personas se sientan bien.

•Norepinefrina. Induce la producción de adrenalina, causante de que las pupilas se dilaten ante la vista del ser amado, y contribuye a que los latidos del corazón se aceleren.

•Feniltelitamina. Genera felicidad y euforia que, además, puede incitar cierta "ceguera", ya que el enamorado se niega a ver los defectos de su contraparte.

•Serotonina. Afecta al estado de ánimo, el cual tiene variaciones durante la fase del galanteo.

•Oxitocina. Aunque es una hormona involucrada en la concepción, tanto hombres como mujeres la liberan durante el orgasmo, lo que contribuye a estrechar los lazos en la pareja.

Pero detrás de toda esta química hay factores psicológicos:

  • Mapa Mental: estos mapas, son estructuras psicológicas que vamos construyendo a lo largo de la vida según nuestras experiencias. Se graban en nuestro fuero mas interno, pudiendo ser o no cocientes de ellas, y guardan las sensaciones e impresiones emocionales. Como por ejemplo, un gesto y una palabra puede provocar que la persona que no lo diga genere nuestra atención y admiración, como un simple olor nos puede generar un disgusto.

  • Preservación de la especie: instintivamente deseamos preservar la especie, y siempre que podamos elegir, escojeremos al mas joven, sano y fuerte. La mujer buscará a un hombre solvente, fuerte y decidido, esto garantizará la sustención en épocas de crianza. El hombre se inclinará por la mujer de aspecto fértil y sana.

  • Cuestiones culturales: esto difiere mucho entre culturas donde son relevantes o no ciertas cuestiones, la importancia o no de la virginidad, la monogamia o poligamia, el rol de la mujer y el hombre con respecto a la estructura familiar, comportamientos sexuales, religión, casta social...etc.

  • Estereotipos: con los años y las modas la idealización emocional también ha cambiado, influye en nuestra manera de seducir y como nos gusta que nos seducen, en el aspecto físico más deportivo o intelectual (Marilyn Monroe o James Bond son buenos ejemplos) o más delgados o más corpulentos...etc.



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