miércoles, 1 de mayo de 2013

Fármacos y Suplementación. ¿Son un perjuicio para la salud?

Es verdad que en algunos momentos puntuales, tanto la suplementación como los medicamentos pueden ayudarnos a superar una deficiencia o un problema de salud, pero su exceso también acarrean problemas, pueden generar desequilibrios por exceso de estimulación o por exceso de toxicidad.

Ya que tenemos la necesidad de comer al menos dos veces al día, deberíamos aprovechar esta necesidad básica para darle al organismo aquello que necesita. Una alimentación sana y equilibrada puede evitarnos muchos dolores de cabeza en el futuro. La mejor cura es la prevención de la enfermedad.

Vivimos cada vez más exigidos, y por tanto nuestra carencia va de más en más. Nos sentimos perdidos y agotados, vamos haciendo lo que podemos y como podemos. Y para agravar la situación el mercado nos ofrece un sin fin de productos que hará nuestra vida más plena y saludable, pero no nos engañemos tan fácilmente  porque podemos ser presas de la automedicación, y en muchos casos son innecesarias y de poca utilidad terapéutica, porque tomar algo que no necesitamos no sólo no nos beneficia sino que además genera más sobrecarga al cuerpo, pudiéndonos agravar la sensación de cansancio o confusión. 

Esto aún es peor en personas mayores que por problemas de salud pueden llegar a tomar entre 4 a 8 fármacos diferentes al día, hay estudios recientes que muchos de estos medicamentos son inadecuados y pueden interaccionar entre ellos generando reacciones adversas, porque muchos medicamentos tienen prescripciones claras, pero no poseen una eficacia demostrada. Esto es muy común que suceda, ya que se atienden con diferentes especialistas que tratan el problema de salud aisladamente, sin contemplar que la persona ya tiene una prescripción previa. Es importante notificar que medicación se está tomando antes de aceptar otras nuevas. O solicitar una entrevista con el médico para que este revise toda la medicación prescrita.


A la larga este exceso de fármacos acaban sobrecargando el hígado por exceso de toxinas que el organismo debe eliminar para mantener su equilibrio, este proceso aún se empeora si la dieta es rica en carnes rojas y pobre en vegetales y alimentos integrales, y si a esto le sumamos la falta de ejercicio físico que ayuda a movilizar la sangre activando las vías de eliminación, aún podemos agravar la situación con una insuficiencia hepática o renal. Esto en verdad puede ser muy grave para las personas mayores que ya no tienen la misma capacidad de regeneración como cuando se era joven. Con más razón las personas mayores deben tener sumo cuidado con el exceso de medicación. Además las toxinas que el hígado o el riñón no puedan expulsar a través de lo orina o las heces, se irán acumulando en articulaciones o en el tejido adiposo. Esto aún agrava más la situación, porque la persona comienza a sentir dolor que le inhibe el movimiento y aumentan de peso. 

Consejos:
  • No tomar ninguna medicación o suplementación sin el correcto asesoramiento de un especialista.
  • Mejor evitar alimentos que están fortificados con vitaminas u otras sustancias, ya que están son de origen inorgánico de difícil absorción.
  • Nunca aceptar una nueva medicación si esta no se ajusta a otros medicamentos que se estén tomando.
  • Evitar el sedentarismo. El ejercicio físico ayuda a la eliminación de toxinas, además evita que estas se depositen en las articulaciones. 
  • Evitar los alimentos azucarados y grasos. Comer carnes rojas con moderación. 
  • No ingerir alimentos con fibras añadidas, pueden generar oclusión intestinal. Lo mejor son alimentos integrales como el arroz integral, la pasta de harinas integrales y el pan de harinas integrales, frutas y verduras en cantidades generosas.
  • Preferir alimentos de producción orgánica, ya que poseen mayor contenido de vitaminas y minerales, y menor contenido de sustancias tóxicas como son los pesticidas. Comer la fruta entera, con piel. 
  • Elegir tipos de cocciones saludables como son los hervidos, al vapor, la plancha u al horno, evitar las frituras o cocciones grasientas. 
  • Beber suficiente agua. Evitar refrescos, zumos industrializados y alcohol. 


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