El mito de Narciso nos ha llegado a través de diversas fuentes, siendo la versión más antigua la que se debe a Ovidio. En el libro III de su Metamorfosis, Ovidio (43aC) cuenta en 170 versos la historia del desdichado Narciso.
Narciso es fruto de la violación del río Cefiso a la ninfa Liríope. El famoso adivino Tiresisa le vaticinó un triste destino al revelar a su madre que Narciso viviría una larga vida si no llegaba nunca a conocerse a sí mismo.
Desde su adolescencia, su extraordinaria belleza atrajo a numerosas muchachas y mancebos. Destaca entre sus pretendientes por su apasionado amor la ninfa Eco, quien no podía expresarle sus sentimientos, ya que sólo repetía los últimos sonidos de lo que oía. El orgullo de Narciso le hará rechazar, con desprecio e indiferencia, a todos los que le aman. Uno de los desdeñados pedirá clemencia y castigo a los dioses, Némesis, diosa de la venganza, no se hará esperar. Cuando venía fatigado de una cacería, Narciso se inclina a beber en una fuente y la cólera divina hace su efecto: el joven se enamora de aquel que creía ver a través del agua. Después de abrazarlo y besarlo, percibe que el que ve en la fuente no es otro que él mismo. Narciso perecerá a causa de su pasión.
Moraleja: nadie puede conocerse verdaderamente a sí mismo, sino a través del conocimiento y reconocimiento del otro. Cuando alguien se aísla, se encierra en sí mismo y rechaza a los demás, pasa a tener como único reflejo su propia figura, y tal situación es destructiva y mortal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario