En la menopausia, la disminución en el nivel de estrógenos, causa entre otras modificaciones, el aumento del colesterol LDL o malo y el descenso del colesterol HDL o bueno. Por tal razón, las mujeres menopáusicas deberían prestar especial atención a sus valores de colesterol en sangre, para prevenir y evitar complicaciones derivadas de la hipercolesterolemia, tales como enfermedades cardíacas o cerebrovasculares.
Los estrógenos son un factor protector contra las enfermedades cardíacas en las mujeres. Sin embargo, a partir de la menopausia, el descenso en el nivel de estrógenos produce modificaciones en el perfil lípidico, que pueden pasar desapercibidas si no se pide una analítica de sangre, para verificar que los niveles de colesterol se mantienen bajo control.
Al bajar la cantidad de estrógenos en el organismo, aumentan los reservorios de grasas y cambia su distribución en el cuerpo. Estos cambios en la grasa corporal determinan que aumente el colesterol total, en especial el malo o LDL y los triglicéridos, a expensas del colesterol bueno o HDL que disminuye.
- Regulan el ciclo menstrual
- Actúa como antioxidante
- Disminuyen los niveles plasmáticos de LDL y triglicéridos
- Aumenta los niveles plasmáticos de HDL
- Evita la descalcificación osea, previniendo la osteoporosis
Los alimentos ricos en fitoestrógenos son: las legumbres (soja, garbanzos, lentejas, judías), cereales integrales (trigo, avena, centeno, cebada), semillas de lino y calabaza, frutas (arándanos, uvas negras), brotes de alfafa o soja, verduras (brécol, col, hinojo), condimentos (comino, salvia, semillas de hinojo, ñame, romero, salsa de soja, miso).
En caso de suplementación con isoflavonas se recomienda una dosis diaria de 40-50mg.
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