La acupuntura es originaria de China y es posiblemente la práctica más comúnmente asociada con la medicina tradicional china aunque diversos tipos de acupuntura (japonesa, coreana, y la acupuntura china clásica) se practican y se enseñan actualmente en todo el mundo. La Medicina Tradicional China está muy influenciada por su filosofía, sobre todo, por los primeros conceptos filosóficos que aparecieron en Oriente, como el confucionismo, muy racional, que considera al hombre por sus méritos y no por su origen, dándole mucha importancia al papel que ocupa el hombre en la sociedad; el taoísmo, que tiene una concepción muy positiva de la naturaleza, dejando que el hombre viva en armonía con ella, meditando sobre el constante movimiento del universo, de la vida y de la muerte, de lo material y de lo inmaterial; y también el budismo, que pretende llegar a un "estado" de conocimiento que nos libere del sufrimiento, siendo sus principales bases la tolerancia y la confianza en sí mismo.
Los chinos conciben el mundo como un todo que se relaciona entre sí, al igual que el cuerpo humano, cuyos órganos y entrañas no funcionan aislados. La Medicina Tradicional China se basa en los zang-fu (órganos-entrañas) teniendo en cuenta la globalidad del organismo; y los cinco elementos, basados en la idea de que no existe nada aislado e inamovible, teniendo entre ellos una relación de producción, dominación, agresión e insulto, y otra relación de correspondencia entre ellos y el resto de las cosas. Los cinco elementos son: madera, fuego, tierra, metal y agua. De acuerdo con la concepción china, la energía vital (ch'í, o qi) fluye por el cuerpo a lo largo de meridianos, canales o vías de comunicación, llamados en chino king. El número de king ordinarios es correlativo al de los doce órganos, más los dos vasos extraordinarios permanentes: el de la concepción (en la línea media corporal frontal), y el vaso gobernador (en la línea media corporal dorsal), además de los llamados extraordinarios. Tenemos 365 puntos dentro de los 14 meridianos, llamados Jing Xue; también existen puntos fuera de los meridianos o puntos curiosos, llamados Qi Xue; y, finalmente, los puntos dolorosos o Ashi Xue.
En la MTC el cuerpo sufre desequilibrios que el organismo de manera natural equilibra constantemente, este reflujo entre el orden y el caos estimulan la vida. Pero no siempre el organismo puede alcanzar esta armonía por si sola, y es aquí donde entra en juego la acupuntura. La acupuntura estimula puntos energéticos movilizando la energía, así sea porque esta bloqueada o estancada, o porque hay vacío de ella (tonificar) o porque hay exceso de la misma (dispersar). Sea por el motivo que sea, la acupuntura abre estos canales permitiendo el movimiento energético, restableciendo la salud natural del organismo en armonía con el Universo. Sabemos que la naturaleza es sabia, la naturaleza tiene el poder de regenerarse por sí sola, en la MTC se compara las virtudes de la naturaleza con nuestro poder autocurativo, todos tenemos el poder de la autocuración a través de nuestra propia vitalidad. La acupuntura estimula puntos energéticos que proporciona al ser una vitalidad autocurativa.
Pero también es verdad, que no todos los casos son igual de efectivos. Si un organismo ya está muy afectado y enfermo, será más difícil que alcance a reunir la vitalidad suficiente para autocurarse. La enfermedad invade el cuerpo en momentos de debilidad, la enfermedad es un huésped que se aprovecha en ocupar un espacio de nuestro organismo que ha quedado abandonado por la energía vital. A su vez la enfermedad debilita porque se alimenta de la energía vital del cuerpo invadido.
En la medicina China propone que para conservar una buena salud son necesario:
- Alimentarse bien, los alimentos proporcionan al organismo los nutrientes y la energía necesaria para tener la vitalidad suficiente que el organismo necesita.
- Descansar, un sueño reparador, como también la meditación, ayudan al organismo a recuperar su energía vital, desgaste de la actividad física y mental que sufrimos a lo largo del día.
- Ejercicio físico, ayuda a que la energía vital circule y no se formen bloqueos energéticos, así la energía vital puede llegar a todas partes del cuerpo y así evitar patógenos.
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