La quinua, quinoa o kinwa (Chenopodium quinoa) es un pseudocereal perteneciente a la subfamilia Chenopodioideae de las amarantáceas. Es un cultivo que se produce en los Andes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú además de los Estados Unidos, siendo Bolivia el primer productor mundial seguido del Perú y de los Estados Unidos. Se la denomina pseudocereal porque no pertenece a la familia de las gramíneas en que están los cereales "tradicionales", pero debido a su alto contenido de almidón su uso es el de un cereal.
La quinoa fue cultivada en los Andes bolivianos, peruanos, ecuatorianos y argentinos desde hace unos 5000 años. Al igual que la papa, fue uno de los principales alimentos de los pueblos andinos preincaicos e incaicos. Se considera que en el pasado también se empleó para usos cosméticos en la zona del altiplano peruano boliviano argentino.
Crece desde el nivel del mar en el Perú, hasta los 4000 m de altitud en los Andes, aunque su altura más común es a partir de los 2500 m.
La quinoa posee un excepcional equilibrio de proteínas, grasa, aceite y almidón, así como un alto grado de aminoácidos esenciales; entre los aminoácidos están la lisina (importante para el desarrollo del cerebro) y la arginina e histidina, básicos para el desarrollo humano durante la infancia. Igualmente es rica en metionina y cistina, mientras que es pobre en grasas, complementando de este modo a otros granos y/o legumbres.
El promedio de proteínas en el grano es de 16 %, pero puede contener hasta 23 %, lo cual es más del doble que cualquier otro cereal. El nivel de proteínas contenidas es muy cercano al porcentaje que dicta la FAO para la nutrición humana.
La grasa contenida es de 4 a 9 %, de los cuales la mitad contiene ácido linoleico, esencial para la dieta humana.
Además es rica en minerales esenciales, sobre todo hierro: una ración de 60 g aporta el 46% de las necesidades diarias del hombre y el 31% de las de la mujer (aunque su asimilación depende en parte de la presencia de otros nutrientes en la dieta), magnesio (36%), fósforo (31%), manganeso (27%), cinc (13%), cobre (12%) y potasio (11%). Esta fórmula, superior a la del arroz, la avena o el trigo, hace de la quinoa un alimento excepcional para la mineralización del organismo y especialmente beneficioso para los sistemas músculo-esquelético, nervioso e inmunitario.
Sus vitaminas refuerzan los efectos positivos, pues el ácido fólico (60 g cubren el 15% de las necesidades diarias), la vitamina B2 (13%) y la B3 (9%) son imprescindibles tanto para la salud del sistema nervioso como para estimular las defensas frente a la enfermedad. Además no contiene gluten (apta para celíacos) y se digiere bien.
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