"La experiencia de otro no es válida en la comprensión de la realidad. Pero las religiones organizadas de todo el mundo se basan en la experiencia de otro y, por lo tanto, no liberan al hombre, sino que sólo lo atan a un patrón particular que pone al hombre contra el hombre. Cada uno de nosotros debe empezar otra vez, de una manera nueva, por lo que somos nosotros, por lo que es el mundo.
El mundo no es diferente de ustedes y de mí. Este pequeño mundo que somos cada uno de nosotros, ampliado, se convierte en el mundo y en los problemas del mundo. No vemos que éste sea un problema de acción de masas; se trata de que el individuo despierte a la realidad en que vive y resuelva los problemas de su mundo, por limitados que sean. La masa es una abstracción explotada por el político, por aquel que tiene una ideología. La masa somo en realidad usted y yo y el otro. Cuando usted y yo y el otro estamos hipnotizados por una palabra, nos convertimos en la masa, la cual sigue siendo una abstracción, porque la palabra es una abstracción.
La acción de masas es una ilusión, Esta acción es, en realidad, la idea que unos pocos tienen acerca de la acción, idea que aceptamos por estar tan confundidos y desesperados. Desde esa confusión y desesperación, elegimos a nuestros guías políticos y religiosos, y es inevitable que éstos, a causa de que somos notros quienes los hemos elegido, también estén confusos y desesperados. Podrán adoptar un aire de certidumbre y de saberlo todo pero, de hecho, como son guías de los confusos, deben estar igualmente confusos; de lo contrario, no serían guías. En un mundo donde el conductor y conducido están confusos, seguir consciente o inconscientemente un patrón o una ideología es engendrar más conflicto y desdicha."
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