lunes, 5 de septiembre de 2011

¿Por qué nos tenemos que protegernos del Sol?

El exagerado crecimiento demográfico, está agotando aceleradamente los recursos naturales del planeta y saturando la capacidad de esta en recuperarse. El aumento de la contaminación en la medida en que el hombre mantiene un constante crecimiento industrial para satisfacer sus necesidades. Este crecimiento trae consigo desechos tóxicos de efecto invernadero, lluvias ácidas y contaminación de los ríos, lagos y mares, todos los cuales venían siendo los principales problemas de contaminación para la humanidad. Pero hasta hace poco, no se conocía a ciencia cierta sobre la gravedad de la destrucción de la capa de ozono, cuyo agujero a alcanzado una extensión de 24,1 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a la extensión de América del Norte.


Aspecto del agujero en la capa de ozono en el año 2000. (Foto: AP)
Aspecto del agujero en la capa de ozono en el año 2000.

La capa de ozono nos protege de las mortíferas radiaciones ultravioleta provenientes del Sol. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado la detención de la tendencia negativa en la destrucción de la capa de ozono, aunque su recuperación hasta los niveles anteriores a 1980 -cuando se alertó del problema- no se producirá hasta el 2050 como mínimo, y hasta el 2075 en el caso de la región antártica.

Componentes que dañan la capa de ozono

Los CFC, cuyo nombre comercial es Freón, es un tipo de gas refrigerante que se inventó en los años 30 y se utilizó en cantidades industriales para refrigerar desde aires acondicionados hasta utilizarse en aerosoles. El problema con los clorofuorocarbonos es que al dispersarse en la atmósfera básicamente “consumen” ozono en la atmósfera lo que disminuye su presencia (el proceso es mucho mas complejo, claro, pero la idea es que se entienda).

En la actualidad el uso de los CFC ha disminuido considerablemente pero todavía existe un riesgo de que la capa de ozono vuelva a agrandarse (lo dijo incluso la persona que ganó el premio nobel por estudiar el agujero de ozono).

El como el bromuro de metilo es un fungicida que también daña tremendamente el ozono de la atmósfera y se utiliza para fumigar desde campos de golf hasta plantaciones de distintas especies de plantas.

Contaminantes primarios: o emitidos directamente por la fuente, como aerosoles, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos, monóxido de carbono y otros menos frecuentes como halógenos y sus derivados (Cl2, HF, HCl, haluros,...), arsénico y sus derivados, ciertos componentes orgánicos, metales pesados como Pb, Hg, Cu, Zn, etc. y partículas minerales (asbesto y amianto).

Contaminantes secundarios: se forman por reacción de los primarios con los componentes naturales de la atmósfera, existiendo una gran familia de sustancias producidas por reacciones fotoquímicas. Comprende al ozono, aldehídos, cetonas, ácidos, peróxido de hidrógeno, nitrato de peroxiacetilo, radicales libres y otras de diverso origen como sulfatos (del SOx) y nitratos (del NOx), la contaminación radiactiva a partir de radiaciones ionizantes o la contaminación sonora a expensas del ruido.

El incremento de la radiación UV-B agrava enfermedades respiratorias, bronquiales, asma, cardiovasculares, bronquitis crónica, anemia y afecta funciones cerebrales, produce irritación en los ojos, afecta funciones mentales y causa problemas de conducta del ser humano.
  • Inicia y promueve el cáncer a la piel maligno y no maligno.
  • El 90% de los cánceres de piel se atribuyen a los rayos UV-B y se supone que una disminución en la capa de ozono de un 1% podría incidir en aumentos de un 4 a un 6% de distintos tipos de cáncer de piel, aunque esto no está tan claro en el más maligno de todos: el melanoma, cuya relación con exposiciones cortas pero intensas a los rayos UV parece notoria, aunque poco comprendida y puede llegar a manifestarse hasta ¡20 años después de la sobre exposición al sol!.
  • Daña el sistema inmunológico, exponiendo a la persona a la acción de varias bacterias y virus.
  • Provoca daño a los ojos, incluyendo cataratas.
  • La exposición a dosis altas de rayos UV puede dañar los ojos, especialmente la córnea que absorbe muy fácil estas radiaciones. A veces se producen cegueras temporales y la exposición crónica se asocia con mayor facilidad de desarrollar cataratas.
  • Hace más severas las quemaduras del sol y avejentan la piel.
  • Aumenta el riesgo de dermatitis alérgica y tóxica.
  • Activa ciertas enfermedades por bacterias y virus.
  • Reduce el rendimiento de las cosechas.
  • Reduce el rendimiento de la industria pesquera.
Cómo proteger la capa de Ozono:

  • Comprar aerosoles que no contengan CFG
  • Comprar matafuegos (extintores) que no contenga Halones
  • Evitar consumir alimentos empacados en cajas hechas con espumas de poliestireno
  • Buscar técnicos de aires acondicionados y de refrigeradores que utilicen y cuenten con máquinas de recuperación y reciclaje de CFC

Cómo protegerse de la capa de Ozono:

  • Si vas al sol utiliza gafas con protección UV (ultravioleta).
  • Usar sombrero.
  • No exponerse al sol entre las 11 y las 15 horas.
  • Utilizar cremas con protección solar homologadas.

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