El sésamo son semillas ricas en grasas insaturadas Omega 6 (ácido araquinódico) y Omega 3, que junto a su contenido en lecitina le convierte en una alimento que contribuye a reducir los niveles de colesterol sanguíneo, su efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular era ya conocido en la milenaria medicina ayurvédica de la India. La lecitina también le confiere un poder protector y estimulante del sistema nervioso central, lo que favorece la actividad mental y la memoria. Su contenido de Triptófano combate los estados depresivos, por ser precursor del neurotransmisor Serotonina que actúa como regulador nervioso de acción tranquilizante y favorecedor del sueño.
Su contenido de minerales se destacan el Calcio, el Hierro, Magnesio y el Zinc. Tiene una gran acción antioxidante gracias a su contenido de fitoestrógenos y vitamina E. Tanto su contenido de minerales, vitaminas y fitoesteroles, convierte este alimento en una aliada en dieta femenina, previniendo la osteoporosis, y muy recomendada en el embarazo y la lactancia. A parte de prevenir el envejecimiento prematuro del organismo, se puede utilizar su aceite para uso externo ayudando a la buena nutrición de la piel eliminando la excamación y recomendada para prevenir estrías como suele suceder en el embarazo.
El aceite de sésamo ejerce una acción suavizante de la mucosa digestiva, de acción antidiarreica. Sin embargo, las semillas previenen el estreñimiento.
Comercialmente la podemos encontrar como:
Aceite de Sésamo
Mantequilla o crema de sésamo Tahina
Tomago (se lo usa en Japón como un sustituto de la sal)
En semillas.
Son muy buenas incluirlas en la dieta en la cocción de alimentos en especial salteados de verduras, en aderezos y aliños, en elaboración de purés y salsas de acompañamiento, ensaladas y en la preparación de todo tipos de verduras y carnes.
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