La rosácea es una afección de la piel que se manifiesta comúnmente como rojez y picazón. Es una enfermedad inflamatoria que suele aparecer a partir de los 30 años.
La rosácea puede presentarse de diferentes maneras e intensidades, los síntomas más frecuentes son:
- Facilidad de ruborizarse o enrojecimiento facial.
- Bultos o granos en la cara.
- Piel seca, tirante o con picor.
- Ardor o comezón en el rostro.
- Engrosamiento de la piel, en especial en zonas como: nariz, mejillas, barbilla o frente.
- Pequeños vasos sanguíneos visibles en la cara.
- Ojos llorosos e irritados, picor, párpados hinchados, esclerótica inyectada de sangre.
La exposición solar a horarios adecuados |
La rosácea está asociada a un flujo de sangre mayor de lo normal. También está asociada a trastornos estomacales. Por esto dos motivos los desencadenantes son:
- Los cambios bruscos de clima. Exceso de calor o exceso de frío.
- Exposición solar.
- Ducharse o bañarse con agua muy caliente.
- Ambientes excesivamente climatizados.
- Bebidas muy calientes.
- Alimentos grasos y/o picantes.
- Bebidas estimulantes como: café y alcohol.
- Consumo excesivo de lácteos.
- Exceso de carnes rojas, embutidos.
- Alimentos de alto contenido de histaminas como: los quesos, berenjena, espinacas, vinagre, salsa de soja, el chocolate, etc.
- Productos cosméticos que contengan alcohol o perfume.
- Actividad física intensa puede provocar una reacción de rosácea.
- Enfermedades como la Hipertensión Arterial, la menopausia.
- Factores emocionales como estrés o depresión.
La manzanilla es calmante y antiflamatoria |
Tratamiento natural
- Evitar los cambios bruscos de temperaturas y la exposición solar en horarios de mayor intensidad, usar protector solar de alta intensidad.
- Añadir probióticos a la dieta puede aliviar significativamente los síntomas.
- Aplicar rodajas de pepino fresco o la pulpa de aloe vera en las zonas afectadas reduce la inflamación, la irritación y el enrojecimiento.
- Exfoliar la piel con avena y miel es una manera suave y nutritiva de regenerar la piel de la zona afectada.
- Compresas frías de infusión de manzanilla o té verde producen un efecto calmante reduciendo los síntomas.
- Utilizar una crema que contenga esencia de árbol de té calma el dolor, el picor y evita el resecamiento.
- Dieta variada y equilibrada. Rica en verduras y frutas frescas.
- Beber abundante agua.